En los muros exteriores de la Unidad Penal Nº 7, las imágenes de artistas y escritores recordados y queridos que caminaron las calles de Gualeguay.
En Buenos Aires pensaba que tenía conocimiento de la historia cultural de la ciudad de Gualeguay, Entre Ríos. Viviendo en esta ciudad me di cuenta de que mi saber era mínimo en relación a los notables aquí nacidos. Podía nombrar a Cesáreo Bernaldo de Quirós, artista plástico, Juan L. Ortiz, poeta, Carlos Mastronardi, escritor, Juan José Manauta, escritor, y poco antes de mudarme tuve noticia de Roberto “Cachete” González y Derlis Maddonni, artistas plásticos. Durante mi trabajo espía sobre la cultura "gualeya", tuve la suerte de conocer y entrevistar a Néstor Medrano, plástico nacido en Paraná en 1955. Fue interesante encontrarme con sus pensamientos, su obra, y su trabajo artístico en la calle. Medrano, junto al plástico Julio Saldaña, trabaja en un mural ubicado sobre la cara exterior de uno de los paredones (sobre calle 1er. Entrerriano) de la Unidad Penal Nº 7. El mural tiene 58 mts. de largo por 2,40 de alto. Utilizando la técnica del mosaiquismo, Gualeguay tendrá, en su tipo, uno de los murales más grandes del país.
El mural lleva el título "El paseo de los nuestros", y en él aparecen las caras de catorce "gualeyos" notables: Cesáreo Bernaldo de Quirós (1879-1968), Juan Laurentino Ortiz (1896-1978), Carlos Mastronardi (1901-1976), Juan José Manauta (1919-2013), "Cachete" González (1928-1998), Derlis Maddonni (1938-2007), Juan Bautista Ambrosetti: paleontólogo, arqueólogo, historiador, investigador del folclore argentino, creador del Museo Etnográfico de Buenos Aires de la Facultad de Filosofía y Letras, que hoy lleva su nombre (1865-1917), Amaro Villanueva: poeta, escritor, periodista, fundador de la Academia Porteña del Lunfardo (1900-1969), Isidro Maiztegui: compositor que se destacó realizando la música de películas en el cine nacional (1905-1996), Leoncio Gianello: poeta, historiador (1908-1993), Emma Barrandéguy: poeta y escritora, autora de "Las puertas", "Crónica de medio siglo”, "Habitaciones" (1914-2006), Alfredo Veiravé: poeta, ensayista, crítico literario (1928-1991), Antonio Castro: artista plástico (1931-2002), Adolfo Fortunato Cosso: payador, poeta (1936-2002).
Medrano afirma que desde joven tuvo la suerte de encontrarse con buena gente, entre ellos el grabador Hipólito Vieytes. Lo conoció en Paraná en los 70. Fue el negro Vieytes quien sin decirle nada envió su trabajo al Salón Provincial. Así ganó el primer premio de dibujo a los 18 años. En el 82, en una charla, Derlis Maddonni pregunta: ¿Te acordás cuando ganamos el premio? Medrano recuerda: "El negro Vieytes había mandado tres de mis trabajos al certamen de la revista Crisis. Con Derlis habíamos ganado a nivel nacional el segundo premio compartido. Me enteré por él. En esos años yo militaba y andaba de acá para allá, seis meses en Diamante, un tiempo en Paraná".
Es partidario del trabajo y la experimentación. Recuerda la frase de Picasso: "La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando". Afirma que los años de trabajo se notan en cada cuadro, y que: "jamás me involucraría con el arte conceptual, ni con lo que se ponga de moda". Aclara en relación al concepto: "Cuando hay una idea se nota, y queda a la vista cuando estás guitarreando una instalación".
Da pista sobre su formación: "Es autodidacta. En el 83/84 obtuve una beca del Fondo Nacional de las Artes, y estuve seis meses con Keneth Kemble (1923-1998) en Buenos Aires. Tenía la opción de ir con Luis Felipe Noé (1933), Carlos Gorriarena (1925-2007) o Kemble. Me interesaba la figura, si iba con Gorriarena era posible que aprendiera a usar el color en relación a la imagen, con Noé pensé que podía pasar algo parecido, cuando vi el informalismo de Kemble, decidí. Fue una experiencia muy interesante. La enseñanza fundamentalmente eran ejercicios para aprender a ver, el secreto en el arte o en la vida misma".
Consulto por sus pintores: "Toulouse Lautrec, Picasso, Goya, Tapiés, Miguel Ángel, Rodin, Carlos Alonso, Derlis Maddonni, Cachete González, Gorriarena, son algunos. Me interesan los pintores por sus vidas, por sus obras, por el resultado de su trabajo. Todos ellos llegaron a ser lo que son porque lograron tener, además de la pasión, una imagen propia, y esto se logra con transpiración, con mucho laburo. Hay que ser honesto con uno mismo. Y hay una diferencia entre ser un gran pintor, grabador o dibujante, y ser un creador".
La obra que Medrano guarda en su casa taller es impresionante: destacados sus personajes, las composiciones. Sobre sus últimos trabajos cuenta: "Utilizo distintas herramientas en función de la imagen, procuro que ella tenga un relato, una intención, y fundamentalmente que tenga movimiento. Tuve una etapa de figurativo donde fui una especie de mirador: mirabas todas las figuras quietitas, era una imagen estancada, muy metida en un cuadrito". El artista logra su cometido, diría que sus cuadros son, en esencia, movimiento puro.
Medrano habla sobre su trabajo como muralista: "Me interesa el mural porque es arte público; me gusta por el significado social, porque es patrimonio cultural de una ciudad, de un país. Comencé usando la técnica del esgrafiado, que es un sistema de capas de cemento y colores. La mayoría de esos trabajos tienen que ver con memoriales que hice a compañeros desaparecidos en la provincia: Pichón Sánchez, Mabel Fontana, Juan Carlos Sosa Gómez. Me gusta porque es participativo, se hace de una vez y hay que terminar antes de que seque el material. La gente se acercaba y hacía la comida, ayudaban los del barrio, se acercaban los amigos, los familiares del compañero recordado".
Habla con felicidad por el trabajo en "El paseo de los nuestros": "Acá el sol es muy bravo para los colores en pintura. Un mural te puede aguantar, máximo, seis años. Esta es una pared grande sobre un acceso a la ciudad, y la idea era reflejar a todos estos creadores que ha dado Gualeguay, y que han trascendido al país. La primera intención fue trabajar con azulejos porque hay gran variedad de colores, pero el costo iba a ser muy alto. La técnica es el mosaiquismo y optamos por hacerlo con cerámicos. Los materiales los paga el Ministerio de Cultura y Comunicación de la provincia, y recibimos el apoyo de la Municipalidad. Estamos contentos, ya es un disparador para la gente, pregunta quién es uno, quién el otro. La iniciativa partió de la unidad penal, y desde adentro nos están ayudando mucho: nos cortan los cerámicos en listones. La obra es cultura. Es arte en la calle, es público; en definitiva, es una defensa del arte. Trabajamos de 6 a 9.30 hs., que es el momento en que se tolera el sol".
El plan era presentar el mural para el aniversario 231 de la ciudad de Gualeguay, el 19 de marzo, pero las lluvias molestaron lo suficiente: la nueva fecha es el 22 de mayo. «