lunes, 29 de noviembre de 2010

La rubia dorada

¿Existe “la rubia tarada” de Luca Prodán, o es una argentina más negra que la novela negra la que se corporiza en la realidad? ¿Son las de modelo, torturador o empresario sólo profesiones necesarias para alcanzar el dinero? “En una guerra, lo malo no es perder la vida, sino la guerra”, dijo bestialmente el general Viola, en la época en la que se desenvuelve la trama. Con la misma lógica perversa, dicen los protagonistas, en silencio, que en la sociedad de las apariencias y el dinero, lo único condenable es no tenerlo.
Varias voces van armando un rompecabezas que, cuando llega el final, conforman un cuadro siniestro en un país que sale del terror con heridas profundas.


Querida Leticia:
para incitar a mis alumnos a la búsqueda de buenas estructuras, siempre traigo el ejemplo de las novelas que me "secuestraban" en mi juventud, de tal modo que una vez que iniciaba su lectura, no podía sustraerme a ella. "El idiota", "El doble", "La guerra y la paz", Dickens, los yankees, etc. Esto fue hace mucho, mucho tiempo.
Ahora, en los momentos en que viajo en colectivo, leo fragmentos de aburridos textos sobre cine. Y cada tanto intercalo algo más gratificante. Mrs. Dalloway, por ej.
Como te había anunciado, fui a Mar del Plata de jurado. Era mi ocasión para salirme de los textos de "deber" y leer lo que tenía ganas. Me llevé "El tiempo y los Conway", de Priestley, y "La rubia dorada".
Leí "El tiempo y los Conway" en tres momentos diferentes, según los actos. Y me pareció una obra estupenda.
Luego tomé la "La rubia dorada" y me pasó algo inesperado: ¡la leí de un tirón!. Todavía no salgo de mi asombro.
Además de estar muy bien escrito, tiene esa característica que aparece una vez muy muy cada tanto: es un libro apasionante. No puedo definirlo de otro modo, ni extenderme en más elogios.
Y acá viene lo más obvio (y gratificante): creo que se podría hacer una película de muchísimo éxito. No te puedo decir más nada, en tanto te expresé conceptos extremos.
Gracias por regalármelo e invitarme a leerlo. Creo que en el verano lo voy a releer, ya que me quedé con ganas.
Y sigo sorprendido de que después de tantos años, un libro me haya "cautivado" nuevamente. Es casi como si sintiéndote viejo y lleno de escepticismo, te das cuenta que te has enamorado. Y alguien aparece vuelta a vuelta en tus pensamientos. ¡Qué lindo!
Te mando un beso enorme.
Miguel.