jueves, 2 de septiembre de 2010

Las sagradas ruinas

"Ahora usted me cita acá en el Hospital y me dice que el Alemán se está muriendo de cáncer, que en los últimos años entraba y salía del Borday por eso andaba andrajoso, pero que estaba casado y tenía hijos y en realidad cuando se iba volvía con su familia y trabajaba en un taller que tenía y cuando juntaba suficiente le dejaba a la mujer y desaparecía por unas semanas, si usted lo dice debe ser así. Que él le contó su historia y que usted piensa que yo quiero verlo antes de que se muera porque tiene cáncer terminal. Y que a lo mejor estaría dispuesta a llevármelo a casa, para que no se muera en el hospital. Que los hijos están fuera del país, que quedó viudo y está solo. Siempre imaginé que él era un vagabundo, que había andado por todos los caminos y dormía donde le agarraba la noche, nunca pensé que estaba loco, porque sus maneras conmigo siempre fueron las mismas, y si lo voy a despedir es aceptar eso que usted me cuenta, pera sabe yo me voy a mi casa como si no hubiera estado acá, o mejorcomo si hubiera una confusión de personas, por otra parte nunca vi sus documentos, ni sé su nombre y apellido, ese del que usted habla no es el Alemán que yo conozco"

(Del cuento Bukoskiana)



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